septiembre 19, 2017
El suelo es uno de los principales elementos protagonistas para decorar una estancia dándole personalidad y carácter. Existen una multitud de materiales, texturas y colores que provocan diferentes sensaciones a un mismo espacio generando ambientes muy dispares.
Según el color que escojamos podemos equilibrar un espacio. Por ejemplo, si tenemos un espacio reducido con un suelo de color claro aportamos luminosidad y amplitud.
Los colores claros crean ambientes frescos, relajados y luminosos. En cambio los colores oscuros aportan calidez, elegancia y carácter.
Si lo que buscamos es crear un ambiente más neutro nos decantaremos por colores de una gama intermedia como podría ser un gris o un beige. Estos colores además son los más sufridos a la hora de limpiar, ya que se ve menos la suciedad y el desgaste.
Los colores jaspeados también sería un buen ejemplo de como el desgaste y la suciedad tardan mucho más en ser percibidos. Estos son de los más utilizados en las moqueta.
Los pavimentos con colores lisos y poca textura son adecuados para crear un entorno minimalista. Con texturas más pronunciadas y una diversidad en la gama de los colores conseguiremos sensaciones de decoración rústica.
Todo esto que acabamos de explicar dependerá mucho del mobiliario que escojamos y podremos jugar creando ambientes originales y creativos. Una idea que cada vez está más de moda en el mundo de la decoración e interiorismo es añadir elementos rústicos o artdeco dentro de un espacio minimalista o industrial. Otra idea moderna y muy actual sería poner un suelo hidráulico vinílico con muebles modernos, mezclando el estilo clásico que nos aporta el suelo hidráulico con la frescura de los muebles actuales.